El honor del mérito

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¿Para qué estudiar si en la economía informal gano más?

Esta interrogante es el claro reflejo del pensamiento predominante de la población, donde la adquisición de conocimientos y el trabajo parecen estar a años luz de distancia. Y es que, ¿quién no ha escuchado alguna vez esta premisa? Hemos sido víctimas de la desmotivación, generada por las pocas oportunidades de empleo en el área que desempeñamos, en contraposición con el afianzamiento del mercado informal. Romper los esquemas impuestos por las cadenas de las creencias sociales y superar los objetivos propuestos, a fin de buscar la mejoría de vida. En eso se basa el esfuerzo, y el valor recibido a cambio, en grado proporcional, es el resultado de la meritocracia.

Fluir en dirección a la corriente no te hace merecedor de la recompensa que cosechará el que ha nadado contra ella para llegar a la orilla. Capacitarnos para hacer frente a las necesidades del país es una proeza que será recompensada con el crecimiento personal, para luego, al lograr superar la crisis, reflejarse de igual forma en nuestras billeteras. El camino fácil no es el camino al éxito, este requiere trabajo y dedicación.



Debido a la crisis se ha acrecentado la economía informal, muchas personas han dejado su trabajo para ir a vender aquello que se tardan horas de colas en conseguir. Pero, ¿qué sucederá con estas personas cuando se acabe la crisis?, ¿seguirá siendo tan necesaria su labor?, ¿o, por el contrario, serían más útiles en el puesto de trabajo que prefirieron abandonar? Estas son las preguntas que debemos hacernos al momento de tomar una decisión de esta magnitud, al final, todas las crisis son pasajeras, ninguna se arraiga lo suficiente para perdurar en la eternidad.

Entonces, cuando te plantees cualquiera de estas posibilidades, piensa en el futuro más allá de las condiciones presentes, pues así como ha cambiado nuestro pasado y se ha presentado ante nosotras esta actualidad, cambiará nuestra actualidad para convertirse en un futuro donde seremos, o no, partícipes de desarrollo. La opción está en nuestras manos y las capacidades se hacen visibles. Desertar antes de luchar un round te dejará el sabor amargo del ¿qué hubiese pasado si…?

La meritocracia se encuentra en terapia intensiva y su tratamiento ha constado de suero para tratar de burlar su dolencia. ¿Le empezaremos a proveer la medicina que verdaderamente requiere?
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