Esta declaración
resulta del sentir de aquellos que lucharon por nuestra libertad, las proezas
de los que declararon la independencia y el trabajo de quienes, a lo largo de
la historia, han trabajado arduamente para lograr recuperar lo que,
aprovechando nuestros flancos debilitados, nos arrebataron con acuerdos llenos
de engaños. Si empezamos a mirar cómo ha sido la historia de la disputa por
este territorio, nos podemos percatar de que la razón por la que no se ha
cerrado este hecho es por la premisa de que hemos perdido mucho antes de
empezar a negociar.
Cuando
revisamos los acuerdos que se han prescrito por las discusiones, reparamos en
la desventaja magistral que acarreamos hasta entonces. Empecemos por la posesión
de Inglaterra del territorio, originalmente holandés, de Demerara, Berbice y
Esequibo, que no incluyó, en ningún momento, el territorio en disputa. Inglaterra,
previendo y aprovechando la división que Venezuela atravesaba para entonces,
fue invadiendo el territorio venezolano hasta pasar la frontera establecida,
que abarca el Río Esequibo, desde su nacimiento hasta su desembocadura en el
océano Atlántico. Su propósito era llegar hasta el Río Orinoco. Afortunadamente
no lo lograron.
Una
vez despierto el sentir de Venezuela por la invasión perpetuada, empiezan las
discusiones con Inglaterra por el territorio invadido, llegando al primer
acuerdo firmado llamado el Tratado Arbitral de Washington D.C., donde se
comprometieron a resolver la disputa mediante un arbitraje internacional. Fue
entonces cuando se lleva a cabo el magnífico Laudo Arbitral de París, donde la
cobardía reinó por sobre la razón, aceptando ir al evento bajo las condiciones
impuestas por Inglaterra, donde los cinco integrantes, que debieron estar
dispuestos en partes iguales, favorecían al país invasor, puesto que los
integrantes que representaron a Venezuela fueron designados por los Estados
Unidos y el miembro imparcial fue un ruso que trabajaba en universidades
británicas. Como fue evidente, el Laudo falló a favor de Inglaterra y, aunque
Venezuela intentó anularlo inmediatamente, el temor a que nos quitaran el territorio
del Río Orinoco nos obligó a claudicar.
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Fuente: Mi Mapa De Venezuela Incluye Nuestro Esequibo |
Tiempo después,
Venezuela pide ante la Organización de las Naciones Unidas anular el Laudo
Arbitral de París, alegando todas las ventajas que tenía Inglaterra, como
potencia mundial para entonces, sobre Venezuela. Entonces nació el Acuerdo de
Ginebra, que no fue más que comprometerse a resolver el conflicto. Fue, como es
llamado, un acuerdo para llegar a un acuerdo. Sin embargo, se reconoció el
reclamo que hacía Venezuela y la nulidad del Laudo anterior. Guayana Inglesa
pasó a ser reconocida como Guyana, quién también reconoció dicho acuerdo.
Una
rebelión dentro del territorio Esequibo mostró la inclemencia de Guyana por
sobre los habitantes de este suelo, a quienes han dejado claro su superioridad
con represión. Los amerindios que se alzaron pidieron el apoyo de Venezuela,
quién, representada por Rafael Caldera, se negó a apoyar. Muchos tuvieron que
huir y refugiarse en Bolívar, donde se les concedió la nacionalidad. Luego vino
uno de los tratados más absurdos de esta historia, el llamado Protocolo de
Puerto España, donde ambos países se comprometieron a olvidarse del asunto por
doce años. Afortunadamente Venezuela se negó a renovarlo acabado este periodo y
propuso a Guyana mediar sólo entre las partes interesadas. Guyana se negó.
A
partir de entonces han ocurrido distintos incidentes que tensaron más la
situación entre ambas naciones, como la incursión de tropas venezolanas en el
Esequibo para combatir la minería ilegal en 2007, las modificaciones de la
plataforma continental marítima Guyanesa que afectó nuestro mar territorial en
2011, la entrega del Bloque Roraima en una concesión a la empresa trasnacional
Anadarko afectando nuevamente nuestro territorio en 2012, la intercepción de un
barco petrolero Estadounidense contrato por Guyana por estar en suelo en
disputa, las declaraciones de la canciller guyanesa Carolyn Rodrigues-Birkett
de estudiar la posibilidad de acudir a organismo internacionales para resolver
el conflicto en 2014 y, por último, el permiso otorgado a la Exxon Mobil para
iniciar una explotación petrolera en aguas disputadas en 2015.
¿Seguiremos
cruzados de brazos o vamos a interesarnos lo suficiente para recuperar lo que
nos pertenece?
“El Esequibo está lejos de estar
perdido, y aquellos que sostengan lo contrario, no hacen más que evidenciar una
posición entreguista que, tanto ha contribuido a través del tiempos en las
inmensas pérdidas territoriales que ha sufrido nuestra Nación venezolana”
Homer
Rodríguez.
Para
más información puedes ingresar a La Guayana Esequiba
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